miércoles, 24 de agosto de 2016



                                                        TOÑI. EXTRACTO

Los inexcusables horarios de Andresillo para tomar el pecho y sus constantes demandas llorando - alguna vez olvidaba dárselo o tenía que apuntar qué pecho tenía que darle, los días que lo olvidaba eran horrorosos - me obligaban a mantener la rutina, a sacar fuerzas de flaqueza para levantarme de la cama cada día. Para mí, el exterior no contaba. Ir al pediatra con el niño era a lo que se limitaban mis salidas. Me hice fuerte en casa, cada anécdota que me contaban fuera de ella parecía algo lejano. A veces siento el temor de no pertenecer a ningún lugar y temo no hallarlo, no sentirme nunca en ese lugar. No saber llegar o no saber quedarme, estar de paso por la vida y siento ganas de partir, siempre... En otras, me encuentro situaciones que creo haber vivido o quieren venirme recuerdos a través de los sabores o escuchando música. Los días nublados sigo teniendo perdidas de memoria en la vida diaria, hasta mi hijo se queja de las veces que le repito las cosas y de las que le pregunto cómo le ha ido en el colegio. Es un niño ejemplar, detallista, observador, bueno en los estudios y sobre todo como persona, algo callado, pero cuando habla lo deja todo dicho, muy maduro, hasta el punto que con sus 12 años quiere irse a estudiar fuera de nuestro pueblo. Estoy muy orgullosa de él y todo lo que significa para poder encontrarme a mi misma y darle sentido a mi vida. En momentos de tristeza me recojo en mí misma, como si quisiera regresar a una época de mi infancia y mi adolescencia en la que todo debería ser más sencillo. Alguna vez tuve que tener un saco de sueños, todo por delante, Dios, y el paso de los días no sería pesado, sino natural. Nunca lo sabré...



jueves, 18 de agosto de 2016

                                        

              
                                                 TOÑI. INTRODUCCION


Historia basada en un hecho real.
Un accidente de trafico gravísimo donde la protagonista de debate entre la vida y la muerte, con una
serie de heridas graves y secuelas.
La peor de todas: " su perdida de memoria".
Y su vuelta a empezar de nuevo y darle sentido a todo...incluso a lo que no lo tiene..

Describe como fue su vida desde ese fatídico día, al día de hoy.
Su desesperanza, y ese caos que había en su cabeza intentando recordar....
Las ganas de vivir y avanzar con la rehabilitación, dónde se veía estancada...
El dolor que le produjo cuando los médicos le aseguraron que no podría ser madre...
Pero por suerte todo cambia, todo pasa, pero hay cosas que aún quedan.