EXTRACTO DE TOÑI.
Cuando desperté en la habitación tenía el
tubo quitado de la garganta y hablaba por el agujero. Tenía una sonda
gástrica y una sonda urinaria. Una noche me desperté y le dije a mi
madre:
- Esto a mí que me lo quiten, que aunque lo vendan en el
mercadillo y en los comercios yo no lo quiero, ( era la sonda urinaria
). Escuché unos pasos por el pasillo a las seis de la mañana y le dije a
mi madre: " Asómate que creo que es el medico, dile que venga a
quitarme la sonda. Se asomó y exclamó :¡ Pero si es el cura ! " Y yo exclamé: -¡ Pues dile que venga y que me quite la sonda !
- Hija mía, ten paciencia, deja para los curas las cosas de Dios...
Un dato curioso es que sólo comía leche con galletas allí en el hospital y cuando volví a casa continué haciéndolo.
Tenía el síndrome de abstinencia de la sedación. Veía cosas, me ponía
irritable, me quitaba todo y volvía a llorar siempre a la misma hora,
hasta veía gente que no estaba allí presente.
Recuerdo también que
cuando me desperté en la UVI, mis primeras palabras fueron: -¿Qué hago
aquí? - preguntaba a mi familia. Yo insistía en preguntar, pero creía
que nadie me decía la verdad y lo repetía sin parar.
No podía
expresar mis sentimientos, cada cinco minutos preguntaba y volvía a
olvidar. No dormía ni un segundo ni dejaba dormir. Al verlos, me parecía
que llevaban siglos durmiendo, estaba eufórica, me daba miedo el no
poder despertar después, era como querer vivir deprisa por si se me
acababa el tiempo...
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