lunes, 4 de julio de 2016

TOÑI. EXTRACTO DEL CAPÍTULO XXXVI.



                                 TOÑI. EXTRACTO DEL CAPÍTULO XXXVI.



­El amor de madre, cuando nace, duele tanto en el pecho que preferimos sentir el habitual dolor al insólito placer que proporciona. La alegría verdadera no tiene explicación posible, no tiene la posibilidad de ser comprendida y se parece al inicio de una sensación irrecuperable. Esa fusión total es insoportablemente buena, como si ese amor fuese nuestro bien mayor y final, pero no es el amor, es la vida inconmensurable que llega a parecerse a la grandeza de ese amor. Hay que dejarse inundar poco a poco por la alegría, porque es la vida que nace. Y quien no tenga fuerza, que cubra antes cada nervio con una película protectora, como una película de dolor para poder tolerar la vida en su sentido pleno. Esa película puede consistir en cualquier acto sencillo protector, en cualquier silencio, en un no saber qué decir o en varias palabras sin sentido. Porque con el amor que se siente al saber que vas a ser madre no se puede inventar nada. Él es parte de nosotras...


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