domingo, 12 de junio de 2016

TOÑI. EXTRACTO DEL CAPÍTULO XXXIII.


                                          TOÑI. EXTRACTO DEL CAPÍTULO XXXIII.

Hay que autopreguntarse, - me decía - me conducirá al propio inicio;
puede que me ayude a comprender el presente y, tal vez, orientarme para el futuro. Los días pasaban al compás inalterable de la pauta establecida para la rehabilitación. Todo mi cuerpo dependía de ella. Los brazos y, sobre todo, las piernas, la mente, el más íntimo pensamiento y hasta la falta de sueño.
Lo necesario para salir adelante estaba dentro mí, lo que deseaba, habitaba fuera.
Con escozor en los ojos, lloraba siempre a la misma hora, tenía ganas de levantarme, deshacerme del peso de mi cuerpo. Mi alma bullía en mi interior deshaciendo palabras, desgranando el silencio. " ¿ Alguien me acompaña ? ", - solía preguntar -. Lloré. Grité. Me descompuse en súplicas. La respuesta era siempre el silencio. Sobreviví al miedo a la espera de esos silencios, me acostumbré a ellos e impedía, no sé cómo, que se convirtieran en un grito. Empecé a saberme dueña de una brizna de lo que me rodeaba:un sorbo de leche con unas pocas galletas era cuanto comía, mi voz al abrirse camino, como lo hacía la vertical luz del sol por la ventana cada mañana y la horizontal sombra de la luna cada noche, cuando el agotamiento era pura redención y obligaba a descansar apenas unos minutos. ¡ Si se pudiera escribir lo que decían esos silencios! Que cada uno imagine lo que quiera. Yo no tengo palabras para expresar lo que sentía esas interminables noches. Lo único que escuchaba era la voz a lo lejos de mi alma que me llamaba sin pausa. No dejaba de escucharla en cada rincón de la habitación o en los pasillos del hospital por el engaño traicionero de la voz de alguna enfermera que se parecía en algo a la mía...Creía oír mi risa. No podía ser. No podía ser porque aquella risa no era mi risa de entonces; provenía de los suburbios de mi recuerdo. La mejor risa, igual que el mejor llanto, habita en esos suburbios. Vuelve, vuelve...le pedía a todas horas...



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