TOÑI. CAPÍTULO XIV.
- ¿ Sabes Juan ? - preguntó Toñi -. Nunca sabré si me enamoré alguna vez. Andrés dice que sí...
Algunos dirían que el secreto está en la atracción física, la mayoría, si somos sinceros con nosotros mismos, lo piensan. Haciendo caso a lo que vemos por ahí, día a día, se ha convertido en algo primordial, pasando a ser el protagonista principal de una relación, dejando a la propia persona en un papel secundario.
La fascinación por la persona contraria, el por así decirlo, cuán magnifico es alguien, su aspecto físico y sus habilidades. Muchas preguntas puramente físicas se nos pasan por nuestra cabeza a la hora de emparejarnos con alguien, pero: ¿ Es esto amor ? No niego que al principio creamos que lo sea, incluso puede que en algún momento se convierta en ello, si tenemos suerte, pero la línea entre pura atracción y el amor es demasiado fina como para reconocerla a primera vista.
¿ La sinceridad ? Está claro que es algo importante para que una relación funcione, en mi opinión gran parte de las parejas fracasan si no están dispuestas a solucionar sus diferencias, para ello la sinceridad forma el importante papel para sacar a la superficie todo lo que te va separando de la otra persona, antes de que estas pesen tanto, que te llevan al fondo, sin posibilidad de retomar la relación.
¿ La confianza ? Sin ella no hay nada, la persona con la que estás es la persona con la que en un principio has decidido pasar tu vida, la persona que quieres y, por tanto, aquella en la que más confías. Si fracasa esto, si la traición aparece, no hay nada que hacer. No hay nada más doloroso a nivel sentimental que la confianza traicionada: lo peor que puede hacerse a una persona.
El respeto mutuo es algo que no puede faltar.
¿ El pasarlo bien con ella ? Si no estás a gusto con alguien, está claro que algo falla, aunque es en los peores momentos, cuando más la necesitas, cuando se ve realmente el amor. Andrés siempre me lo demostró cada día de mi convalecencia.
- ¡ Ay, Toñi, Toñi ! - suspiró profundamente Juan -.Los secretos del amor son algo desconocido, podremos saber lo que nos gusta de una persona y lo que no, lo que estaríamos dispuestos a hacer por ella, hasta donde podríamos llegar…,pero lo cierto es que el amor es algo desconocido e inexplicable, puede que incluso distinto para cada uno, y es por ello por lo que lo que te diré a continuación es algo tan verdadero como falso, dependiendo de quien lo viva. Simplemente es una opinión personal, respetando todas las demás.
El amor nace de algo desconocido que ves en una persona nada más conocerla. Es una atracción que supera el simple físico, que supera cuán magnífico es alguien. Es cada una de sus cualidades, pero no te paras en nada visible a plena luz, es un gesto que haga con la ceja o su forma de mirarte, es su sonrisa, un grito echando la cabeza para atrás, es cualquier minúsculo e inapreciable detalle que pasa desapercibido para todo el mundo, pero no para ti. Es algo lo que te indica que no te vale con pasar una noche con ella, lo que te deja claro que merece la pena jugársela y esperar a que el destino muestre sus cartas, cruzar los dedos en una apuesta de todo o nada en la que el nada lleva las de ganar pero, pese a ello, te conformas antes de estropearlo con no arriesgarte.
Tras eso llega el conocer más a fondo a la persona y con ello, aparecen o no esos sentimientos que no se pueden controlar y te van a cambiar la vida para siempre.
El amor es ponerte por debajo de la otra persona sin quererlo ni esperar nada a cambio, no te importa tu situación, te importa la de ella, no te importa quién gane en una discusión, simplemente hacer cualquier cosa por solucionarla. Te importa su tristeza por tonta sea la razón, sus problemas pasan a ser los tuyos, sus malestares también afectan a tu felicidad. Amor es ser feliz por el simple hecho de que ella lo sea.
Amor no es ver las cosas buenas de alguien, es darse cuenta de las malas y descubrir, de pronto, que son las que más te gustan de ella, es darse cuenta de que te has enamorado precisamente por aquello mismo que debería echarte para atrás.
Es darse cuenta que la distancia no es razón suficiente para el fracaso, que no importa cuánto la veas, sino saber que la vas a volver a ver.
El amor es no importarte cambiar cosas de ti por la otra persona, es más, no importarte cambiar nada.
El amor es saber que la relación es cosa de dos, que ambas personas tienen que hacer el esfuerzo por protegerlo siempre: el sexo, el físico, la cercanía, no son más que buenas añadiduras de algo que las sobrepasa, si estas cosas son la principal razón por la que estás con alguien hay que plantearse que ahí hay un problema, o que, desde luego, en un futuro lo habrá.
El amor es un sentimiento que te puede hacer el más feliz o el más desgraciado del planeta: dejar entrar a alguien en tu vida, como no lo has hecho de otra manera antes, mostrarte totalmente indefenso, jugártelo todo a una carta, tirarte al vacío a la espera de que te cojan, quitarte la máscara diaria para mostrar cómo eres en realidad.
Un camino directo a la autodestrucción. Una pistola que puede apuntar a las dos direcciones. Y un camino a la resurrección...
Así lo veo, asumiendo que ese sentimiento que he repetido tantas veces durante esta conversación, es algo tan variado y desconocido como personas hay en este mundo, podrán estar de acuerdo o no, lo cierto es que no soy alguien a quien le importen otra filosofía del amor más que la mía propia: la de alguien que conoce sus defectos mejor que nadie, que acepta sus errores pasados y aprende de ellos, que piensa demasiado y asume que, en el mundo en el que vivimos, no todos pueden tener todo lo que se desea y, pese a ello, se puede disfrutar igualmente de la vida.
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