martes, 19 de abril de 2016

TOÑI.CAPITULO XVIII

 
                                            TOÑI.CAPITULO XVIII
       
                        CAPITULO DEDICADO A  ANTONIO ORTIZ COLLADO
 
        Cuando se trata de alguna carta escrita por alguna persona que conocí antes del accidente, pienso en el tiempo transcurrido desde que la escribió, en el día u ocasión en que la recibí, en el año en que debió de ser, etc.,y me invade la emoción.
Y al detener la vista en objetos usados por personas que ya no existen -como los de mi
amado padre, amigo y confidente- y ver que ellos siguen existiendo impasibles, siento,
en verdad, mucha tristeza.
El recuerdo no me alcanza a recordar el cariño recibido de pequeña...ni buenos o malos ratos..
Sólo sé que cuando los vi por primera vez después del accidente supe...no se por qué..
el enorme amor que sentían por mi.
A lo máximo que puede aspirar una es a ser al final algo parecido de lo que era al principio,
y así sucesivamente
Me hubiese gustado tener cartas de él hacia mi, como un regalo de un padre a
su hija...
El tiempo vivido del accidente hasta que murió...que rellene todos los huecos que
hay en mi olvido .Llevo a cuestas un silencio pegajoso en el que no me reconozco.
En algunos momentos lo abro, abro el silencio como abriría una puerta a esos días...
Largo pasillo, si es que una sola puerta fuera posible.
A veces sueño despierta que día tras día acabaré encontrándoles en algún lugar de
esos recuerdos olvidados.
 


                     

No hay comentarios:

Publicar un comentario