lunes, 18 de abril de 2016

TOÑI. CAPÍTULO XVI.


                                                 TOÑI. CAPÍTULO XVI.


Como si fuera una película va pasando el paisaje camino de Jaén. Los campos, campos, campos, sembrados, quizás de alguna esperanza, abandonados, llanto seco de la tierra yerma; de una montaña a un río, de
un silencio al eco de otros silencios. Árboles sin nombre, anónimos cerros y desconocidas nubes cabalgan detrás de la ventanilla de la ambulancia. Un ave que levanta el vuelo y desaparece. La figura lejana de un labrador solitario en la plana extensión de un huerto. Cómo será su vida, y la del pájaro, y la de los árboles. No parecen reales, detrás del cristal, acercándose y alejándose, desvaneciéndose como tu propio reflejo. O tal vez eres tú, Toñi, quien no pareces real, a este lado del cristal, a este lado del mundo, de la acción, de la vida. El olvido. El más vacío de todos los lugares, aquel que nadie desea y en el que más dolorosamente se hace notar el propio deseo, con su inmensa extensión.
Algunos sueños deben volver contigo cuando doblar cada curva
es una procesión de preguntas sin respuesta, transitas por la carretera del deseo, sospechas que tu pasado te espera para recuperar la vida anclada y cerrar las costuras que ese accidente rasgó.
Miras dentro de ti, pasa un tren camino de Madrid cosiendo los silencios sobre dos vías, la quietud de tu cuerpo en ese asiento
donde preguntar " qué es eso " es necesario y enmarca otra esperanza; nada escapa a tu mirada, aletea otro pájaro, y – aunque no encuentres su nombre en la memoria - por el campo transita jubiloso el perfil de tu recuerdo al ver y poder recordar los olivos. Y por sus hileras peregrinase un tiempo hacia el pasado.
- Mamá, mamá...¡ Ya se ven las olivos...!
- Y me preguntó: ¿ sabes dónde estamos, Toñi ?
- Y le contesté: Sí, en Jaén - con una sensación de felicidad extrema -. Ese mismo día subían a la Virgen de la Estrella a la Capilla y mi abuelo dijo: " Viene mi nena y viene la Virgen a verla..." Eso se me quedó grabado a fuego en el alma. El día 15 de Mayo. Me esperaba sentado en la puerta y cuando me vio se echó a llorar de alegría. Dios....no paran de venirme imágenes a la mente. Imágenes de ese preciso y precioso momento...




2 comentarios:

  1. ¿ Son nuestros ojos los que cambian ? ¿ Es el lugar donde paramos ? ¿ La gente nueva que conocemos ?
    El viaje es constante...
    Podemos atravesar la misma calle todos los días, sus baldosas desprenderán un olor distinto cada vez. Mudamos el decorado, reemplazamos la luz sin apreciar nuestra fragilidad. De repente, descubrimos un rincón que siempre estuvo ahí, como las cajas sin abrir de los rincones del pensamiento.
    Al transcurrir el tiempo el lugar no es el mismo, sólo para las personas de paso de nuestra vida, que nos visitarán estos días, que conservan la visión persistente de lo efímero.

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  2. No lo podias expresar mejor...Muchas Gracias.Besoss.

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